lunes, 13 de febrero de 2012

Sayonara, Minho oppa.


Tarareaba una canción, no recuerdo cual, al parecer había despertado porque empezó a gritar, me acerqué a él.

-Buenas noches-bese su frente-Dormilón-

No decía nada, más que gritar, esos gritos masculinos que me hacían feliz.

-¡Vamos!-sonreí-Solo, pagarás lo que me has hecho-

Abrí sus piernas, se encontraba acostado.

-No dolerá-sonreí-Para que veas que soy una novia buena te pondré hielo-

Bajé sus pantalones y sus boxers, en un trapo metí varios hielos y los coloqué en sus genitales, se retorció al sentir el hielo.

-Esperemos sea correcto-pensé-Creo que debo recordar muy bien mis clases de anatomía-

Gritaba, pedía auxilio pero eso era lo que me gustaba.

-¡Anda, cállate!-dije sonriente-¡Será el precio de haberme engañado!-

Fui y le quité el trapo, tomé una rasuradora y eliminé el vello, lo miré tan sonriente que su misma expresión de miedo me hacía feliz.

-¡Dejame! ¡Dejame!-gritaba

Tomé el bisturí e hice una pequeña insición.

-¡Cállate y dejame concentrar!-

Introduje una pinzas y jalé un poco.

-No más sexo-le sonreí-No más-

-Maldita loca-grito-Sueltamé-

-¿Qué?-puse mi mano en mi oreja-No te escucho-

Tomé un frasco, salía sangre.

-¡Por tu culpa tienes un derrame!-lo mire furiosa-Te vas a morir sin que yo lo disfrute-

Me acerqué y le dí un puñetazo, manche su cara con su propia sangre.

-Pagarás esto-

Volví a tirar de la pinza, tan fuerte que comenzarón a sangrar más.

-No me das alternativa-alzé los brazos

Tomé el bisturí y corté cada testículo, el grito tan fuerte que ahora si me ensordeció.

-¡Cállate idiota!-

-Te voy a matar-

-Si, como digas-no le dí importancia-No tendrás sexo en tu vida-dije con el frasco en las manos

Fui a la parte trasera del cuarto y conecté una licuadora, agregué los testículos, llego a parecer una salsa, tomé un embudo.

-¡Anda!-abrí su boca y coloqué el embudo-Bebe tu propio ser-

Vacíe todo el líquido rojo, haciendo una presión en su cuello logre que no lo vomitara.

-¡Tu me aburres, tu amiga fue mejor que tu!-dije jalando una mesa con varias agujas conectadas a sueros-Juguemos a la doctora y el paciente-

Su mirada llena de odio, sus labios con manchas de sangre, y aún vivo.

-Te dolerá un poquito-dije más feliz que nunca

Inserté las agujas en sus brazos, le dí vuelta y le clavé una en la espalda.

-Será divertido-aplaudí

Vi como de los sueros comenzaba a bajar el líquido y llegaba a sus venas.

-Bueno, en lo que se vacía todo, iré a cenar-dije abriendo una puerta-¡Adiós!-

Estuve 2 horas o más tiempo comiendo y viendo la T.V, al regresar y verlo vi que ya casi no había líquido.

-Tengo frío-dijo temblando

-Tienes frío porque casi no tienes sangre-me acerqué a su oído-Estas por morir mi vida-

Me miro, esa mirada que me enamoro.

-Debo decirte adiós mi vida-

Tomé el bisturí e hice una insición en su pecho.

-Lo siento, lo siento-dije ya comenzando a llorar

Comenzó a gritar aún más fuerte, golpeé en sus costillas tan fuerte que escuché como se quebraban.

-Rápido, rápido-dije ya venciéndome ante él-Te amo-grite

Arranqué las agujas y la sangre empezó a salir, tomé un galón pequeño y lo vacié sobre él.

-Tanto te amo que me es mejor matarte-me alejé de él-Sayonara Minho Oppa-grité con odio

Encendí un fósforo y...cayó sobre él, ardió en llamas, lo que tenía el suero era gasolina, todo su cuerpo tenía gasolina, se consumiría por dentro y por fuera, sus gritos de dolor me dolían tanto, caí al suelo, veía como ardía, lloraba y comenzaba a arrepentirme pero el tuvo la culpa, ellos fueron los culpables de mi delito y ahora, estaban muertos, al menos habían pagado justo tal como se lo merecían...

sábado, 11 de febrero de 2012

¡Mi mejor amiga!


Me encontraba frente a ella.

-Sueltamé-gritaba

-Cállate-solté una bofetada-Eres una zorra-

La había amarrado a una cama, en forma de potro, estaba completamente inmovilizada, entre más se moviera, más se apretaban las cuerdas.

Propiné un puñetazo al parecer había roto su nariz, pues comenzó a sangrar tal cual llave de grifo.

-¿Qué sentiste al rozar la sabanas con él?-la miré con odio

-Valla que es bueno-dijo retandome-Tienes a un buen chico-

Me dí vuelta, tenía preparado todo, me coloqué unos guantes y preparé una jeringa, con un contenido amarillento.

-¿Qué es eso?-se alarmo

Me acerqué, tomé su rostro, jale su labio superior e introduje la aguja, presioné un poco y soltó un grito, saqué la aguja y la introduje en el labio inferior, vacié todo el contenido, sus fuertes gritos eran tan placenteros para mi, pedazos de carne caían al suelo.

-Por zorra-grite y reí

La sangre regada en el suelo era escasa, no bastaba, sus lágrimas no lograban conmoverme, podía verle los dientes, parecía que el ácido avanzaba y recorría su cara, pronto se hizo notorio el hueso de la mandíbula.

Coloqué la aguja en una charola, tomé un cuchillo pequeño, me acerqué a ella y jalé su rostro, sus gritos comenzaban a desesperarme, pero...quería disfrutar mi delito.

Estiré su cabello y comencé a cortar la parte principal de la cabeza, sus gritos incrementaron.

-¡Anda!, grita todo lo que quieras, nadie escucha-

Corté toda la piel de su cabeza, desprendí de un tirón de cabello y vi su cráneo.

-¡Que bien!-reí y aventé su cabellera-Esto, es lo mio-

Sus gritos ensordecedores ya me habían puesto de peor humor, volví a cargar la jeringa y la inyecté debajo de sus orejas y de un tirón arranqué la mandíbula.

-Que hermosa te ves-dije riendo

Me acerqué aún más y toqué el fondo de su garganta.

-Valla, ahora ni gritar puedes-me burlé-No se como aún no te mueres caray-

Volví a la mesa, tomé una pinzas para cortar alambre y me acerqué de nuevo, tome su mano.

-Tus malditos dedos lo trocaron-dije mientras cortaba su dedo pulgar e índice-Me das asco-corté el medio y el anular-Sin ellos estas mejor-corté el menique de la mano derecha-Te creía mi amiga!-tomé su otra mano y corté el menique-Eres un traidora-corté el anular y medio-Jamás hubiera confiado en ti-corté el índice y pulgar-¡Ojala disfrutes tu muerte, como yo la estoy disfrutando!-

Valla que tenía valor, no moría, ya no gritaba solo emitía un sonido sordo de su respiración ya fallida, la sangre en el suelo comenzaba a expandirse.

Caminé de nuevo hacia la mesa y tomé un cuchillo puntiagudo, me acerqué, rasgué su blusa y abrí debajo de la costilla.

-Ya me aburriste-sonreí-Será mejor que te vallas, el infierno te llama-

Metí mi mano y subí, toqué sus pulmones, pero no me interesaban, logré tocar su corazón.

-¡Bingo!-le sonreí

Lo apreté y lo arranqué, usé toda mi fuerza para arrancarlo, al fin logre sacarlo y lo contemple.

-Será un excelente desayuno-dije-¡Oh!-me sorprendí-Te has muerto y no logre despedirme de ti...Te amo amiga-

Salí del cuarto con el corazón en la mano.

Y voy contigo cariño mio...voy contigo...