domingo, 17 de julio de 2011

Mi infierno hecho realidad

-¿Quien eres?
-No lo sé
-¿Por qué estás aquí?
-No lo sé
Aparté la mirada de esa persona y mire por la ventana, pero era inútil, el sol era opaco, las nubes comenzaban a juntarse para crear la lluvia.
-Sabemos que...tu....y el-guardó silencio-el murió
-¿Sabemos?-me confundí-O será que tu eres la única metiche aquí?
-Por favor, no lo dificultes
-Cállate, el...el está vivo-comencé a gritar-Lo juro, el vive, el no murió, el sigue aquí-grite aún mas-Saquenme de aquí, necesito encontrar a mi esposo
-El murió Elizabeth
-No-grite-Dejenme salir, debo buscarlo
-Tranquila, el está muerto
-Que no-grite y la empuje-Me largo
Corrí hacia la puerta, al abrirla dos chicos de blanco me sujetarón, sentí un pellizco en mi brazo
-Tranquila
Seguida de estas palabras...me deje arrastrar, no tenía la fuerza suficiente para salir de ahí, pensaba que era fácil, los chicos me llevaron varios pisos abajo, hasta llegar a un cuarto oscuro y con apenas un orificio por donde atravesaba la luz.
-Estarás aquí, hasta que aprendas a no ser violenta
-Pudrete-alcancé a decir
Cerraron la puerta y sin fuerza alguna me quede ahí en el frío suelo de cemento, se escuchaba la caída del agua y ruidos de ratas, cerré los ojos y me acordé de su sonrisa
-Ricardo-comencé a llorar-Ayudame, sacame de aquí
Mi pesado cuerpo me impedía moverme, no podía respirar bien y entonces me quede dormida.
Al abrir mis ojos, no sabía cuanto tiempo había pasado, se veía la luz pero solo eso, me moví y me arrinconé, al tocar la pared escuche el chillido de una rata, grite y me pare en la puerta, comencé a golpearla
-Saquenme, saquenme-
Pero nadie abría, las patadas tal vez funcionarían, mis pies estaban desnudos y golpeando una puerta de metal, esto dolería mucho, me cansé de haber gritado y golpeado, quería salir, correr pero no podía, me volví a acostar cerca de la puerta y en susurros hable.
-Ya basta...ya no me castiguen así-
Las lágrimas eran mi opción ante el dolor mental. No comprendía porque me habían hecho esto mis padres si días antes me habían dicho que me amaban. El dolor físico se presentó ¿horas? después, sentía calientes las manos y pies, mi garganta estaba hinchada, mis lágrimas se consumian al tocar el suelo, mi cuerpo no soportaría mas, mi corazón quería dar sus últimos latidos y entonces...cerré los ojos y dormí.

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