sábado, 8 de octubre de 2011

Nada que decir...

El mirarlo así me dolía.
-¿Estás bien?-
-Claro...muy bien-
-Daniel, dime la verdad-
Era mi mejor amigo, nos encontrábamos sentados en una banca de el parque Ecológico, el sol daba directo sobre su cara, sus lágrimas y el sol provocaban que se vieran brillantes como diamantes y eso era aún más doloroso.
-Las lágrimas de un ángel-dije en susurro
-¿Mande?-
-Nada mi niño-lo abracé fuertemente mientras sus lágrimas caían en mis piernas.
Había conocido a una chica de la cual se enamoro perdidamente, pero...lo cruel era que tenían que ser amantes, ella estaba con otro y él simplemente no quería dejarla.
-Eran amantes ante una gran separación-decía besando su frente
-Lo prefirió a el-decía con tristeza-Yo no era nada para ella-
-No digas eso, no me gusta que te subestimes Daniel-decía con coraje-Dime donde está la maldita y yo me encargo de que no vea la luz del sol jamás-le gritaba-Anda dime-
-No seas boba, no lo hagas-me miraba triste-Por favor
Se levanto de la banca y camino hacía la zona de juegos infantiles cuando apareció uno de sus amigos.
-Daniel ¿qué onda?-decía confuso al verlo así-¿Estás bien?-
-Estoy bien-sonreía como sólo el solía hacerlo-Es felicidad-sonreía limpiándose las lágrimas.
Lo observaba mientras su mentirá era tan teatral para los demás, el chico se fue sonriendo y sin pedir explicaciones.
-¿Por que mientes? Cuando se que algo te duele-le decía con dolor-Y porque dirías...Es sólo otro día, nada en mi camino, no me quiero ir, no me quiero quedar...¿No hay nada más que decir?-mi mirada se clavaba en esos ojos cristalinos-
-Te digo que estoy bien-decía reprochando
-¿Por qué mentirías?-lo miraba retandolo-Cuando quieres morir, cuando te duele dentro, no se porque mientes, de todas formas, ahora no hay más que decir-
-Cállate-me miraba con odio-Me hieres-
Lo abracé hasta hundir su cara en mi cuello, no me gustaba verlo así.
-No mereces esto, no lo mereces-besaba su frente-Yo te cuidaré, mejores amigos eternamente-
-Gracias...-
Sonreíamos, le enjugaba las lágrimas y se iba tan contento como siempre...
-Para una alma solitaria, la estas pasando bien-decía cuando lo observaba caminar-La estas pasando bien-
Después de ese día, juré protegerlo, nadie lo haría llorar jamás y mucho menos una mujer, cada lágrima suya era un año de vida mio, lo sé, algo absurdo pero sin embargo, amaba a mi mejor amigo a tal grado de que en platicas le decía que si de ser necesario mataría con tal de que no le hicieran daño.
Pocos meses después de lo sucedido, conoció a una chica, Mariana, la cual lo hizo tan feliz hasta su muerte.
Te amo Dani...
Nothing in my way.

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