martes, 2 de agosto de 2011

Historia de un sueño.

Hace algunos días me encontraba acostada en el pasto verdoso de un pueblo que visitaba consecutivamente, amaba el frió a pesar de llevar fuego por dentro...La neblina comenzo a caer y el sol se oculto, cerré los ojos mientras sentía el frío quemar mi piel, deje de sentir los dedos, me levante y de mi abrigo saque una linterna, camine por el espeso bosque de aquel pueblo
-falta que el lobo salga a cazar-dije entre broma-¿hay lobos en esta región?-
Escuche unas hojas quebrarse, un jadeo de sed y mi corazón acelerarse
-no hay en esta región-dije a mi misma
Camine con la misma lentitud hasta llegar a un árbol, encontré aquel árbol que tantas veces me vio llorar su perdida
-si existen lobos y se que moriré, moriremos juntos-dije sarcástica
¿Acaso estaba loca? Probablemente, me senté y deje caer la linterna, apoye la espalda de el gran tronco y cerré los ojos, cuando los abrí, ahí se encontraba el
-estas aquí-dije con felicidad
-estaré contigo-
-¿me vienes siguiendo?-dije picara
-puede ser-lo pensó-si, quería verte-
-estoy lejos de ti y de casa-
-no hay imposibles-
-regrese a este lugar solo por que quería descansar, tu no lo conoces-
-pero ahora si-me sonrío
-te meterás en grandes problemas-
-tu y yo sabemos arreglarlos-se sentó frente a mi
Observe esos ojos profundos y oscuros, reí timidamente y lo abracé con tanta energía que caí sobre el, bese su mejilla y rodé hasta quedar a su lado
-te extraño tanto-
-lo se-
-mis plegarias sirvieron-
-tus plegarias tienen fuerza magnética que me atraen hacia ti-
Me volví a sentar, observe su rostro, ¿era real? lo toque delicadamente con la yema de mis dedos, así era.
-tus labios-dijo
-¿que tienen?-dije asustada
-se queman-
-es natural por el frió-
Se acerco a mi despacio hasta besar esos labios que necesitaban de su calor
-yo te daré calor-dijo acercándose a mi
Lo abracé con fuerza y nos acostamos junto al árbol
-deberíamos irnos-
-¿por qué?-dijo extraño
-no creo que estés acostumbrado a este clima-dije pensativa
-a tu lado, cualquier clima es ideal-me beso la mejilla
-te...-tartamudeé
-¿me, qué?-
-te gustaría tomar café?-dije sorprendida de mi respuesta
-¿esta lejos el lugar?-
-algo-
-esta bien-
-¿vienes solo?-dije
-si, solo me basto preguntar tu nombre para que me señalaran el lugar donde te encontrabas-
-aquí estaré-susurre a su oído-cuando me pierdas, te esperare aquí-
Volvió su cara para darme un beso, ese beso que había despertado emociones
-te quiero-dije abrazándolo fuertemente
-yo también-me abrazo de la cintura
-no quiero perderte-dije-NUNCA-grite
-yo...tampoco...-
Se escucho un disparo, un gran eco se genero en todo el bosque
-¿qué ocurre?-dije sin soltarlo
-...Gracias-dijo desplazando sus manos fríamente
El cuerpo cayó fríamente al pasto
-NO-grite desesperada
Busque al asesino, su rostro tranquilo, esa arma, corrió ágilmente.
-no me dejes-
-estaré sentado...el día que regreses-dijo con poca voz
-quedate conmigo-grite tomando su rostro
-te amo-dijo sonriendome
-NO-grite mas

Estaba muerto, esa persona había muerto, y murió en el mismo árbol, el árbol de las desgracias, no podía aguantarlo, el dolor se volvió incontratable, el alma se envenena buscando salidas a almas perdidas, corrí por el bosque el frió quemaba aún mas, hasta encontrar al asesino, ahí se encontraba, en su cabaña...observando por la ventana mi llegada, salte la cerca y entre por la puerta trasera, se encontraba parado frente a mi.
-te necesito-dijo sereno
-te odio-
El descontrol llegó y cuando reaccione, estaba muerto, destrozado e irreconocible, lo merecía por haber hecho esa acción, mis manos llenas de sangre, tome un trapo y mis manos limpie...


Desperté, con un pequeño sobresalto, mire al rededor, era mi cuarto y la mañana era presente, estire mi mano y tome mi celular, busque su número y le marque

-¿hola?-dije
-¿Si?-dijo curioso
-te quiero-dije sinceramente
Y colgué...

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